Por Luciano Biondi, fotógrafo especializado en ecommerce y contenido visual para marcas, marketplaces y tiendas online.
Introducción
En un mundo donde la Inteligencia Artificial (IA) avanza a pasos agigantados, muchos se preguntan si la fotografía profesional sigue siendo realmente necesaria. Y la respuesta es: más que nunca. La fotografía de producto es tu primer vendedor. Si trabajás en ecommerce, ya seas dueño de una tienda online, responsable de marketing o parte de una agencia, este artículo es para vos. Y si querés ver ejemplos concretos de mi trabajo, no dudes en pasar por mi web lucianobiondi.com.
Fotografía profesional vs. IA generativa: ¿complemento o reemplazo?
Con la IA generativa, hoy podemos crear imágenes sin una cámara ni un producto físico. ¿Suena impresionante, no? Pero la realidad es que, en ecommerce, la confianza es todo. Si las imágenes de tus productos no son fieles a la realidad, vas a generar devoluciones, malas reseñas y una reputación dañada.
La fotografía profesional, por otro lado, se enfoca en mostrar el producto tal como es: con la luz correcta, los colores precisos, la textura real. Claro, la IA puede ser útil para algunos detalles como el fondo o sugerir ciertas composiciones, pero la creatividad, el criterio estético y el conocimiento técnico de un fotógrafo experimentado no tienen reemplazo.
Tip técnico:
En Argentina, plataformas como Drubbit, Tiendanube, WooCommerce o Shopify son las más utilizadas por los ecommerce. Y marketplaces como Mercado Libre o Amazon exigen fotos claras, de fondo blanco y con un nivel de detalle específico. Ahí es donde la foto profesional hace una gran diferencia.
Errores comunes en fotos de eCommerce que ahuyentan clientes
No basta con saber qué hacer; también es crucial entender qué no hacer con las fotos de tus productos. Muchos dueños de tiendas online caen (a veces sin darse cuenta) en ciertos errores de fotografía que pueden espantar a posibles compradores. A continuación, te presento los más comunes para que puedas identificarlos y corregirlos a tiempo (y así evitar perder ventas valiosas).
1. Fotos pixeladas o borrosas
¿Te comprarías un producto que ni siquiera se ve bien en la foto? Seguramente no. Una imagen de baja resolución, fuera de foco o movida transmite falta de profesionalismo y hace que el visitante desconfíe de la calidad del producto (y de quien lo vende). Si tus fotos salen borrosas o pixeladas, invertí tiempo en volver a tomarlas con mejor iluminación o equipo, o considera ayuda profesional.
Tus clientes quieren ver cada detalle con nitidez; si no lo logran, buscarán otra tienda. Las fotos claras y bien definidas son esenciales para aumentar la tasa de conversión en ecommerce.
2. Mala Iluminación
Imágenes oscuras, con sombras duras o tonos apagados restan atractivo a tus productos. Una iluminación pobre puede ocultar detalles importantes y alterar los colores reales del artículo. Por ejemplo, una prenda que luce grisácea en la foto cuando en realidad es de un vibrante azul podría decepcionar al comprador al recibirla.
Evité fotografiar en entornos mal iluminados: buscá luz natural suave o apoyate en luces artificiales bien distribuidas. Un producto mal iluminado es un producto que pasa desapercibido (o peor, genera desconfianza). La iluminación adecuada es un factor clave para aumentar la percepción de calidad de tu producto.
3. Fondos descuidados y elementos distractores
Un fondo con objetos ajenos, desordenado o de color estridente le quita protagonismo al producto y puede ahuyentar al cliente. Peor aún si en las fotos aparecen marcas de agua, textos superpuestos o bordes mal recortados; todos esos detalles hacen que la publicación se vea amateur.
Lo ideal es usar fondos neutros (blanco, preferentemente) o escenarios simples que sumen contexto sin robar atención. Asegurate de que nada en la imagen distraiga de lo que querés vender. Las fotos limpias y profesionales destacan tu producto y transmiten seriedad.
4. Inconsistencia en estilo y formato
Si cada foto de tu catálogo parece pertenecer a tiendas distintas (con distintas iluminaciones, tamaños o ediciones), el comprador puede sentir que algo «no cierra». La falta de coherencia visual da una impresión desprolija y poco profesional.
Imaginá una tienda donde un producto tiene fondo blanco pulcro y otro tiene fondo oscuro y con filtro vintage – esa disparidad genera ruido visual. Mantener un estándar: mismo tamaño de imagen, encuadres similares y edición coherente en todas tus fotos. La consistencia construye confianza y hace que tu marca se perciba más seria.
5. Pocas vistas del producto
Otro error clásico es quedarse corto con la cantidad de fotos. Publicar una sola imagen por producto (o muy pocas) limita la información visual que el cliente puede obtener. Nadie quiere comprar «a ciegas».
Si solo mostrás la vista frontal, pero no cómo es la parte posterior, los detalles de cerca, el tamaño relativo o el producto en uso, estás obligando al comprador a adivinar… y muchos optarán por irse a otra página donde sí puedan verlo bien.
Mostrá siempre varias tomas: desde diferentes ángulos, primeros planos de texturas o características clave, e idealmente alguna foto contextual (el producto siendo usado o junto a otros objetos para dar referencia de escala).
6. Edición excesiva o colores irreales
Aplicar demasiados filtros o retoques agresivos puede hacer que el producto luzca muy diferente de la realidad. Un fondo exageradamente blanqueado que hace flotar al objeto, o una saturación de color tan alta que el rojo de una cartera termina viéndose naranja fosforescente, son ejemplos de edición que juega en contra.
El cliente podría encandilarse con la foto, pero cuando reciba el producto verdadero y note la diferencia, sentirá decepción (y probablemente solicitará una devolución). Claro que es válido mejorar tus fotos en posproducción, pero con moderación: la idea es que reflejen fielmente lo que ofrecés.
Mantener los colores lo más fieles posible y evitar manipulaciones que engañen garantizará compradores satisfechos.
7. Confiarse ciegamente en la IA para las imágenes
Con las herramientas de inteligencia artificial (IA) de hoy, es tentador generar renders o imágenes fake del producto en vez de tomar fotos reales. Error. Por más avances que haya, una imagen 100% generada (o demasiado retocada) por IA puede dar un aspecto poco auténtico y generar dudas.
A veces se notan detalles extraños o sencillamente el resultado no coincide exactamente con el producto físico. Usá la IA como aliada (por ejemplo, para eliminar fondos o mejorar la nitidez), pero no como sustituto de una buena sesión de fotos.
Tus clientes valoran ver el artículo real que van a comprar; las fotos genuinas construyen mucha más confianza que cualquier simulación por computadora.
Conclusión: Pequeños ajustes para grandes resultados
En definitiva, revisá tus fotos con ojo crítico y evitá estos errores a toda costa. Pequeños ajustes pueden producir grandes mejoras: quienes han optimizado la calidad de sus imágenes notaron incrementos inmediatos en clics y conversiones.
No es casualidad que tiendas online que corrigieron estos errores vieran más ventas (incluso hay estudios que muestran hasta un 35% más de tasa de conversión al usar fotos profesionales y de alta calidad). En otras palabras, si cuidás estos detalles, no solo dejarás de espantar clientes: también atraerás más compradores decididos a darle «Agregar al carrito» con confianza.
Sobre el autor
Luciano Biondi es fotógrafo especializado en ecommerce y contenido visual para marcas. Creador de contenido, asesor y apasionado por ayudar a emprendedores a mejorar su presencia visual. Más info en lucianobiondi.com.
